jueves, 10 de marzo de 2016

Indígenas y Españoles creadores de un Nuevo Mundo.




   En 1492 surgió una travesía que trajo consigo para los habitantes de mundos diferentes, España y el Nuevo Mundo descubierto, una infinidad de cambios para sus vidas y sus tradiciones. El autor de esta importante hazaña fue un navegante llamado Cristóbal Colón, quien con ayuda de los Reyes Católicos, viajó desde España a un lugar desconocido para ellos y lleno de grandes riquezas, tanto económicas como naturales.
          A su llegada a América o al Nuevo Mundo, como era conocido para ese momento, Colón pudo descubrir una infinidad de diferencias existentes entre los habitantes de estas islas a las que llegó y su tierra natal, estas vivencias no pasaron en vano a la civilización actual, ya que Colón decidió escribir un diario de su travesía, como fiel testigo de las maravillas y gentes que encontró, a su vez con la finalidad de que los reyes tuvieran evidencia de que tanto se había logrado en este viaje.
          En este diario describe cada detalle de la gente, su color de piel, su cabello y las prendas que llevan consigo, es así como lo hace constar en uno de sus escritos en el diario:

  Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vi más de una harto moza, y todos los que vi eran todos mancebos, que ninguno vi de edad de más de XXX años, muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos y cortos. (p. 120)

          Asimismo, Colón comenta lo fácil que sería para ellos convertir a esta gente a la fe cristiana, y de esta manera conseguir las riquezas que se encontraban en posesión de los indígenas, dueños absolutos hasta ese momento, de todo lo que allí se encontraba. Por otra parte, a la llegada de estos nuevos pobladores y con la posibilidad de enviar a España las noticias de las riquezas halladas en las islas exploradas por Colón, surgió una migración de españoles a estas tierras para así poder explotar las fortunas americanas.
         
          Con el auge de españoles en América, también llegaron los misioneros encargados de convertir a estos pobladores en la fe cristiana, entre los muchos que llegaron a todas las islas conquistadas, llegó al Virreinato de Nueva España Fray Bartolomé de las Casas, quien se convertiría en fiel protector y defensor de los indígenas de las tierras americanas. 

          Fray Bartolomé de las Casas fue testigo de todas las injusticias que sufrieron los indios durante la conquista y dominación de las tierras y habitantes de América para poder de esta manera apoderarse de las riquezas de estas tierras. Para hacer sentir su protesta y pensamiento Fray Bartolomé realiza una serie de cartas en las cuales cuenta con detalle los sucesos que viven día a día los indígenas esclavizados y dominados por los latifundistas españoles, estas vivencias se ven representadas en nuestros tiempos en un libro denominado Historia de las Indias, donde muestra su desacuerdo a la manera en la que son tratados los habitantes del Nuevo Mundo, él pensaba que los indios tenían uso de razón como cualquiera y que por esta razón era seres humanos y así debían ser tratados.

           Así pues, viendo el contraste de ambos relatos, tanto el de Colón al quedar maravillado por las bellezas americanas y el de Fray Bartolomé sobre las injusticias hacia los pobladores de estas tierras, surge la incógnita de cual era realmente la intensión de los españoles al llegar a América, y lo que realmente sucedió durante este proceso de colonización fue un saqueo y explotación tanto de la naturaleza como de la gente autóctona de esta región, ya que fueron esclavizados, ultrajados y utilizados para los fines de la corona española.

          De esta manera, fueron muchos los que durante años defendieron a Colón y a los españoles, dado que tomaban como fidedigno lo expuesto por el navegante en sus diarios dirigidos a la Reina Isabel. Razón por la cual algunos creían que Colón era digno de formar parte de los más altos cánones de la Iglesia Católica, pero verdaderamente es que Colón y los nuevos pobladores del mundo que habían descubierto llegaron a él solo para ganar fama y riquezas.
         
           Estos sucesos trajeron para América dos aspectos predominantes, el primero el origen de una nueva raza, proveniente del mestizaje y la unión de diferentes culturas y por otra parte la destrucción de la vida aborigen y de muchas de sus creencias que quedaron atrás gracias la entrada de la fe católica como única religión permitida en América y los alrededores conquistados por Cristóbal Colón.

          Aunado a esto, es indispensable mencionar que muchos han sido los escritores que decidieron llevar su visión sobre el descubrimiento de América y la colonización de la nueva región descubierta. Es así como Alejo Carpentier escribe El arpa y la sombra (1979), llevando en esta novela su opinión sobre todo aquello que sucedió en nuestras tierras y quienes fueron los más favorecidos y afectados de este descubrimiento.

          De esta manera, en cada uno de los capítulos encontrados en esta novela Carpentier devela una dicotomía de lo que se cree y lo que fue realmente lo sucedido en América, logrando así un equilibrio sobre su posición como escritor y americano.

          Aunado a lo anterior, la disyuntiva que se presenta gira en torno a llevar o no a Cristóbal Colón como santo de la Iglesia Católica, cuestión que hace reflexionar al Papa Pio IX, sobre lo que realmente aconteció con los habitantes de estas tierras conquistadas, de esta manera, el Papa Pio IX hace un recorrido por su mente tratando de conocer la realidad social de los indígenas y nuevos pobladores.
         
          Por otra parte, en la segunda parte de este libro se muestra la visón de Cristóbal Colón es puesta a disposición del lector donde explica todo lo que vivió y cuáles fueron las acciones que el autor toma como reales que sucedieron en el Nuevo Mundo. De este modo, Colón presentado desde la perspectiva de Carpentier muestra una visión más realista de lo que fue  el trato y el surgir de nuevas culturas surgidas de la mezcla de ambas razas, y de como los españoles sacaron de estas nuevas tierras la riquezas minerales y las convirtieron en medios de comercio.
            
         Para finalizar, se puede decir que Cristóbal Colón no fue santo dado a los diversos sucesos (robos, esclavitud, etc.), ya que la gente de estos pueblos sufrió por los ofensas realizas por los españoles, llegando ellos a considerarse amos y señores de las tierras del Nuevo Mundo.

Referencia:
Biblioteca Ayacucho (1992). Historia real y fantástica del Nuevo Mundo. Caracas – Venezuela.
Siglo XXI editores, s.a. (1979). El arpa y la sombra, Alejo Carpentier. México- México



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