
A su
llegada a América o al Nuevo Mundo, como era conocido para ese momento, Colón
pudo descubrir una infinidad de diferencias existentes entre los habitantes de
estas islas a las que llegó y su tierra natal, estas vivencias no pasaron en
vano a la civilización actual, ya que Colón decidió escribir un diario de su
travesía, como fiel testigo de las maravillas y gentes que encontró, a su vez
con la finalidad de que los reyes tuvieran evidencia de que tanto se había
logrado en este viaje.
En este
diario describe cada detalle de la gente, su color de piel, su cabello y las
prendas que llevan consigo, es así como lo hace constar en uno de sus escritos
en el diario:
Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y
también las mujeres, aunque no vi más de una harto moza, y todos los que vi
eran todos mancebos, que ninguno vi de edad de más de XXX años, muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas
caras, los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos y cortos. (p.
120)
Asimismo, Colón comenta lo fácil que
sería para ellos convertir a esta gente a la fe cristiana, y de esta manera
conseguir las riquezas que se encontraban en posesión de los indígenas, dueños
absolutos hasta ese momento, de todo lo que allí se encontraba. Por otra parte,
a la llegada de estos nuevos pobladores y con la posibilidad de enviar a España
las noticias de las riquezas halladas en las islas exploradas por Colón, surgió
una migración de españoles a estas tierras para así poder explotar las fortunas
americanas.
Con el auge de españoles en América,
también llegaron los misioneros encargados de convertir a estos pobladores en
la fe cristiana, entre los muchos que llegaron a todas las islas conquistadas, llegó
al Virreinato de Nueva España Fray Bartolomé de las Casas, quien se convertiría
en fiel protector y defensor de los indígenas de las tierras americanas.

Así pues, viendo el contraste de ambos
relatos, tanto el de Colón al quedar maravillado por las bellezas americanas y
el de Fray Bartolomé sobre las
injusticias hacia los pobladores de estas tierras, surge la incógnita de cual
era realmente la intensión de los españoles al llegar a América, y lo que
realmente sucedió durante este proceso de colonización fue un saqueo y
explotación tanto de la naturaleza como de la gente autóctona de esta región,
ya que fueron esclavizados, ultrajados y utilizados para los fines de la corona
española.
De esta
manera, fueron muchos los que durante años defendieron a Colón y a los
españoles, dado que tomaban como fidedigno lo expuesto por el navegante en sus
diarios dirigidos a la Reina Isabel. Razón por la cual algunos creían que Colón
era digno de formar parte de los más altos cánones de la Iglesia Católica, pero
verdaderamente es que Colón y los nuevos pobladores del mundo que habían
descubierto llegaron a él solo para ganar fama y riquezas.
Estos sucesos trajeron para América dos
aspectos predominantes, el primero el origen de una nueva raza, proveniente del
mestizaje y la unión de diferentes culturas y por otra parte la destrucción de
la vida aborigen y de muchas de sus creencias que quedaron atrás gracias la
entrada de la fe católica como única religión permitida en América y los
alrededores conquistados por Cristóbal Colón.
Aunado a
esto, es indispensable mencionar que muchos han sido los escritores que
decidieron llevar su visión sobre el descubrimiento de América y la
colonización de la nueva región descubierta. Es así como Alejo Carpentier
escribe El arpa y la sombra (1979),
llevando en esta novela su opinión sobre todo aquello que sucedió en nuestras
tierras y quienes fueron los más favorecidos y afectados de este
descubrimiento.
De esta
manera, en cada uno de los capítulos encontrados en esta novela Carpentier
devela una dicotomía de lo que se cree y lo que fue realmente lo sucedido en
América, logrando así un equilibrio sobre su posición como escritor y
americano.
Aunado a
lo anterior, la disyuntiva que se presenta gira en torno a llevar o no a
Cristóbal Colón como santo de la Iglesia Católica, cuestión que hace
reflexionar al Papa Pio IX, sobre lo que realmente aconteció con los habitantes
de estas tierras conquistadas, de esta manera, el Papa Pio IX hace un recorrido
por su mente tratando de conocer la realidad social de los indígenas y nuevos
pobladores.
Por otra
parte, en la segunda parte de este libro se muestra la visón de Cristóbal Colón
es puesta a disposición del lector donde explica todo lo que vivió y cuáles
fueron las acciones que el autor toma como reales que sucedieron en el Nuevo
Mundo. De este modo, Colón presentado desde la perspectiva de Carpentier
muestra una visión más realista de lo que fue el trato y el surgir
de nuevas culturas surgidas de la mezcla de ambas razas, y de como los españoles sacaron de estas nuevas tierras la riquezas minerales y las convirtieron en medios de comercio.
Para
finalizar, se puede decir que Cristóbal Colón no fue santo dado a los diversos
sucesos (robos, esclavitud, etc.), ya que la gente de estos pueblos sufrió por
los ofensas realizas por los españoles, llegando ellos a considerarse amos y
señores de las tierras del Nuevo Mundo.
Referencia:
Biblioteca Ayacucho (1992). Historia real y fantástica del Nuevo Mundo. Caracas – Venezuela.
Siglo XXI editores, s.a. (1979). El arpa y la sombra, Alejo Carpentier. México- México
No hay comentarios:
Publicar un comentario